jueves, 23 de septiembre de 2010

La importancia histórica del grupo EPA va más allá de la Universidad de San Carlos

Por Marcelo Colussi

La universidad de San Carlos de Guatemala lleva ya mes y medio viviendo una situación política desacostumbrada en estos últimos años. Tras la terriblemente violenta represión vivida en la década de los 80 del pasado siglo y, montada en ella, la posterior ola de capitalismo salvaje que barrió toda Latinoamérica con precarización de la fuerza de trabajo y privatizaciones por doquier, hoy día estamos desacostumbrados a medidas como la que se están viendo en la Carolingia. Tan desacostumbrados, que hasta puede sorprendernos, no faltando también quien reaccione escandalizado.

Por todo ello, la medida de fuerza que mantiene en estos momentos el grupo de Estudiantes por la Autonomía –EPA– merece ser analizada –y ¿por qué no?, acompañada– desde la memoria histórica, desde el conocimiento de esos oscuros años de la vida nacional. 200,000 muertos y 45,000 desaparecidos (muchos de ellos justamente sancarlistas) no pasaron sin dejar marcas. La desmovilización que se vive actualmente –no sólo en el país, claro está: el fenómeno es mundial– tiene raíces muy concretas. La ideología neoliberal que ha venido a invadir todos los espacios, también el de la educación superior, se articula con esa desmovilización fabulosa, con esa falta de gimnasia política y, en definitiva, con los planes rectores que el capitalismo global viene implementando estos últimos años.

La medida de EPA significa una bocanada de aire fresco en términos políticos. Una vez más, como sucede casi siempre en el campo de la reacción social ante injusticias, son los sectores juveniles los que aportan su energía para impulsar transformaciones convirtiéndose en disparadores, en la levadura imprescindible que puede generar procesos más amplios. Por ello, una vez más son jóvenes los que se ponen al frente de una lucha que debe entenderse como un punto de trascendencia en la historia nacional, aunque la sorpresa actual aún no nos permita verlo así.

Por supuesto que los sectores conservadores de derecha (derecha política y mediática, enquistada en la dirección de la universidad entre otros espacios) reaccionaron como no podía ser de otra manera: criminalizando la protesta. Si no se procedió a un desalojo violento, al menos hasta ahora, es porque el costo político de tal medida sería muy alto en principio, y nadie quiere asumirlo. Pero desde ya no faltan deseos de hacerlo. Es más: no está descartado que ello vaya a suceder finalmente. Pero así sucediera, lo que el movimiento EPA ha puesto sobre la mesa no admite discusión: se trata de una defensa irrestricta de la universidad pública en el medio de una ola privatista que desde hace varios años nos tiene aturdidos.

La crisis actual que vive la universidad de San Carlos por supuesto que no tiene que ver con la medida de hecho que tomó este grupo de estudiantes. La medida, en definitiva, es expresión de protesta contra una política que se viene implementando hace ya largos años, desde la década de los 80 del siglo pasado, y que tiene como único objetivo minar los mecanismos de Estado para favorecer a la iniciativa privada. Ése es, dicho de una vez y claramente, el núcleo del problema en juego hoy en la crisis planteada en la universidad, y no el reparto de vocalías. Esto último, en todo caso, es consecuencia de esa política neoliberal privatista, que en su misión de destrucción de todo emprendimiento público intentar arrasar también con la participación estudiantil en el cogobierno universitario. Pero las razones de fondo estriban en la defensa de la universidad pública para seguir manteniéndola en su función histórica de centro de educación superior orientado a solucionar los grandes problemas nacionales, a través de la formación del recurso humano necesario y por medio de su incidencia político-institucional como academia, como institución que atesora el saber que se debe poner al servicio del colectivo nacional.

Objetivamente considerado, es un dislate que en un país con alrededor del 25% de su población analfabeta y donde no más del 1,5% tiene acceso a la educación superior, exista una oferta de 11 universidades privadas. Ello no habla en absoluto del mejoramiento académico de la sociedad sino, por el contrario, de la más extendida comercialización de la vida a partir de la ideología ultra-capitalista que se vino imponiendo estos últimos años a partir de la caída del muro de Berlín (símbolo de la caída de sueños y esperanzas en un mundo de mayor justicia), donde la educación también pasó a ser una mercadería más. Once universidades privadas, examen de admisión en la San Carlos y régimen de repitencia que expulsa alumnos de la pública hacia esas ofertas privadas: ese es el meollo de la defensa que ahora levanta EPA. Es esa ideología de privatización descarada, que también va privatizando de hecho todo el accionar del alma mater, lo que ahora se pone en entredicho. Como el diálogo en torno a ello se agotó, se pasó a las medidas de hecho. Pero el problema sigue presente. La elección de representantes estudiantes (las cacareadas vocalías) es sólo una expresión puntual de ese problema de fondo.

Esa “ideología de privatización” reinante, presente en la venta concreta de ciertos servicios –parqueos, mantenimiento, seguridad, los post grados– y en la quiebra del Plan de Prestaciones de sus trabajadores, puede encontrarse a la base del olvido cada vez más marcado de la misión institucional de la universidad pública, fijada incluso constitucionalmente, como es el involucrarse realmente en la solución de los problemas nacionales. Esa privatización ideológica es la que lleva a descuidar el compromiso con la agenda nacional, para centrarse en la preparación de profesionales en búsqueda de salidas individuales, desligados de todo compromiso social. Ese clima académico-político, en definitiva, es el que permite la penetración de intereses sectoriales mezquinos (politiqueros, individuales, económicos y ¿por qué no?, criminales) dentro de la dinámica universitaria.

En ese marco de capitalismo salvaje y privatización ultra liberal, se va buscando la eliminación de la responsabilidad del Estado en brindar a la población la satisfacción de sus necesidades básicas, por lo que no se exige a las autoridades universitarias el cumplimiento de la asignación presupuestaria constitucional, llegándose así al ahogo actual.

En ese clima de catástrofe institucional, con un número creciente de profesores contratados en términos precarios –contratos a término sin prestaciones de ley, sin promoción de carrera docente– naturalmente el nivel académico baja y la corrupción campea. La aparición de conductas mafiosas en todo este mar revuelto no debe sorprender a nadie. No puede ser de otro modo; y así se llega a la venta de títulos, a favores políticos y cargos por compromisos, a una asociación de estudiantes plagada de no-estudiantes ligados a estructuras para-criminales. Todo conspira contra la calidad académica, pasándose así el mensaje oculto de “lo público es un desastre, lo privado es excelente” (y las 11 universidades privadas esperan con las puertas abiertas).

Es ante todo esto que surge el movimiento EPA. Si hay crisis, no es por estos jóvenes; ellos son, en todo caso, los primeros en levantar la voz ante esta situación cada día más decadente, más crítica. Si algo se le puede reconocer a EPA es, por lo pronto, su misión de intentar salvar la universidad pública.

Independientemente de cómo sigan ahora los acontecimientos, de si se llega efectivamente a un Congreso de Reforma Universitaria que de verdad sirva para incidir y cambiar algo–recordemos que los Acuerdos de Paz se firmaron, pero fueron quedando en el olvido lentamente…–, el significado de esta medida no es poca cosa. Sabido es que muchos, muchísimos estudiantes –y muchísimos catedráticos– no apoyan la medida; pero ello no habla sino del estado de desmovilización en que se encuentra toda la sociedad y no tanto del error de cálculo político de EPA. Una vez más: 245,000 víctimas no pasan en vano. Por eso mismo, justamente, la medida que levanta este grupo estudiantil tiene una importancia enorme: no se trata sólo de una cuestión interna de la universidad pública. Es eso, por supuesto; pero también es mucho más que eso.

La marcha que convocó el movimiento unas semanas atrás con presencia de alrededor de 5,000 personas que manifestaron por el Centro Histórico de la capital, es un hecho sin precedentes en años en la historia política del país. Más allá de la lectura –parcial, ingenua o interesada– que pueda hacerse en relación a que a estos jóvenes “los están usando”, concretamente el haber levantado la voz contra un proceso de privatización y empobrecimiento que vive el pueblo de Guatemala –¡uno más, después de tantos!– tiene un valor enorme. La importancia histórica de esta lucha va más allá de la universidad de San Carlos de Guatemala. Es una demostración que no todo está perdido, que la grama siempre reverdece, que se han cortado muchas flores, pero que la primavera no se pudo detener.

La impunidad y la corrupción, piedras de molino atadas al cuello del pueblo

Por Carlos Maldonado

Ayer un trailer mató a una señora que se ganaba la vida vendiendo cocos a la vera de la carretera junto a sus dos hijos de 2 meses y 10 años, respectivamente en Santa Lucía Cotzumalguapa, Guatemala. Asimismo, a otros tres niños que regresaban de la escuela: una niña de 9 y dos niños de 7 y 12 años. A pesar de haber capturado al ayudante del piloto que fungía como tal en ese momento, el piloto oficial escapó.

La tragedia, que causa coraje en el momento, ponto se olvidará ante la vorágine de otras noticias que vendrán. El trailer que quizá pertenezca a una empresa azucarera, la cual por supuesto ni siquiera se dió por aludida, cuando debiera ser corresponsable con dichos dramas por múltiples factores, seguirá, luego de haberle reparado golpes y rayones, su labor. El piloto que escapó, no duden ustedes, volverá a transitar en el mismo a pesar de su irresponsabilidad y crimen. El ayudante homicida, quizá estará algunos meses en la cárcel y saldrá libre después de haber incurrido en una deuda estratosférica para pagar bien al abogado y al juez corrupto que lo menos que le interesa es la justicia sino el dinero, no importa si éste proviene de ese pobre diablo. Al fin y al cabo, piensa aquel, es culpable, así que no pude darse el lujo de andar regateando.

Mientras tanto, un hombre queda viudo y otros niños huérfanos de su madre y hermanitos. Otros más sin la alegría de sus hijos verán como la vida discurre sin mayor sentido. En fin, un caso más de miles que la impunidad arrastra como las corrientes de este invierno han arrastrado casas y vidas sin que a nadie le importe más allá del momento. Las secuelas de esos hechos van pudriendo un tejido social ya de por sí maltrecho por tragedias pasadas. No termina de sanar.

Las catástrofes que provocan la corrupción y la arbitrariedad son las que más dañan a este país. Es la dinámica diaria en la que se mueven las personas. Es esa experiencia que ha provocado en los espíritus conformidad y resignación. Ya nadie dice nada, ya nadie reclama algo, ya nadie denuncia. O, como explosión repentina, se hace catarsis vapuleando y quemando a alguien. De allí nuevamente a la “normalidad”. Eso y el ágil escarmiento punitivo del Estado y común, han formado un pueblo de esclavos, un pueblo dócil y sumiso y han extirpado la incipiente llama de ciudadanía que alguna vez nació tímida.

Desde el policía que se hace el loco ante un robo o un desmán, hasta las coimas que se reparten los funcionarios para que los proyectos pasen sin controles de calidad. Desde el abuso de los pilotos al parar en cualquier lado para cargar o dejar pasaje hasta el retorcimiento de la ley que hacen los grandes juristas para adaptarla a los intereses de los poderosos. Desde la aberrante propuesta jurídica para que los “colaboradores eficaces” sean premiados con libertad para seguir delinquiendo a cambio de “quemar” a sus compinches, hasta los tres o cuatro salarios de 4 ceros que cobran funcionarios corruptos en varias instituciones del Estado a la vez sabiendo que eso es delito y mucho menos, sin demostrar la eficacia de su labor en contrapelo con los miserables ingresos de la mayoría del pueblo. Desde los productos adulterados que nos venden los mercaderes hasta el mal trato que dan a sus clientes las empresas privadas y públicas especialmente contra los que pertenecen a las diferentes etnias indígenas o contra las mujeres, ancianos o niños. Desde la coacción de cobrar por un parqueo en la calle que es pública a sabiendas que si no paga, rayarán o robarán tu vehículo, hasta el chantaje, en dinero o en especie, que cobran los altos funcionarios por otorgar una plaza o un favor a sus allegados o a quienes los solicitan. Desde la defensa de sus negocios y privilegios que hace a ultranza el CSU en la USAC hasta las malas prácticas y negligencia que muchos galenos y personal de enfermería realizan en los diferentes hospitales del país contra los pacientes; desde el desprecio que tienen muchos maestros para con sus alumnos a quienes no les importa si aprenden o no, hasta los partiduchos políticos que no sirven al país más que como rémoras para su emancipación real.

Ese ambiente carcelario de abuso y coacción que se ve en las películas se ha trasladado al diario vivir del guatemalteco. Lo que una vez fue el ambiente de un espacio cerrado se ha diseminado y en vez de enseñar dignidad desde la sociedad a los presos para lograr su regeneración, éstos han logrado rebasar esas fronteras.

Y, así podremos seguir enumerando y no terminaríamos nunca.

Y, ¿así se pide honestidad y honorabilidad al pueblo, cuando lo único que éste percibe de sus autoridades a todas partes que va, es engaño, estafa, prepotencia y abuso? ¿Y así se quiere promulgar una ley antimaras cuando las autoridades están metidas hasta el gaznate en los negocios del narcotráfico y otros muchos más ilícitos? Por favor, al menos no seamos hipócritas.

Se cosecha lo que se siembra. Pero no se puede seguir así, tiene que haber un alto en el camino para salir de la mala hierba empezando con los que dominan la economía y la política.

O usted, ¿qué opina?

* Economista y Profesor en Historia por la Universidad de San Carlos de Guatemala.

URGENTE REFORMA UNIVERSITARIA

Eduardo Antonio Velásquez Carrera

A luz los problemas de la Usac.

La crisis universitaria y el caos institucional que vive la Universidad de San Carlos de Guatemala (Usac) en este segundo semestre de 2010 ha dejado claro que existe un buen número de profesores y profesionales en lo individual, y un variado grupo de universitarios que han vertido sus opiniones y consideraciones respecto a la problemática que se vive y proponen formas distintas de resolverla. Basta que los interesados busquen la página de albedrio.org y podrán leer las propuestas y análisis de Mara Luz Polanco, Carlos Maldonado, Raúl Molina Mejía, Manuel González Ávila y de grupos como el Calicanto de Quetzaltenango, los estudiantes y profesores de la Escuela de Historia, del Centro de Estudios Urbanos y Regionales, etcétera.

Me parece que en la mayoría de propuestas existe acuerdo en la necesaria y urgente reforma universitaria. Uno de los temas cruciales que debe debatir la comunidad universitaria es una nueva Ley Orgánica para la Usac acorde a los tiempos actuales y buscando crear y desarrollar la Universidad del Estado para el siglo XXI. La forma de Gobierno de nuestra casa de estudios superiores, con representaciones tripartitas, será uno de los temas torales, como se ha visto en la crisis que nos agobia en la actualidad. Además, se debe contemplar la existencia de escuelas no facultativas y centros de investigación y regionales que no participan del mismo y a quienes les son conculcados sus derechos constitucionales de elegir y ser electos. Por otra parte, en la actualidad no tienen representación en el Consejo Superior Universitario (CSU), en donde se toman decisiones de carácter presupuestario y financiero. Algunos sectores como los profesores que al mismo tiempo son colegiados, tienen doble voto y los estudiantes de postgrado no pueden ejercerlo, por ejemplo.

Son muchos los temas por resolver y sin duda hay prioridades. El sistema de evaluación para los profesores hay que cambiarlo. Los jurados para los Concursos de Oposición han sufrido la injerencia y la intervención de no pocos decanos y de otras autoridades para beneficiar a candidatos políticamente afines a las autoridades, desvirtuando la propia conformación de los mismos y afectando seriamente a la academia. El sistema de ubicación y nivelación se ha convertido en un examen de admisión, que apuntala un método corrupto en donde la discrecionalidad reina y en el que se excluye deliberadamente a muchos estudiantes recién egresados de la secundaria. La nivelación no se realiza y los profesores que la efectúan en su mayoría son estudiantes vinculados a las Asociaciones Estudiantiles. No existe, por otro lado, un sistema de evaluación del desempeño de los trabajadores administrativos y de servicios. Debe ser renovado la forma de reclutamiento de estos trabajadores.

Debe aprovecharse este momento histórico para exigir que la Contraloría General de Cuentas haga una auditoría exhaustiva con relación a los recintos universitarios privatizados como la sede de la AEU; varios café internet, restaurantes y ventas de comidas hasta la venta de fotocopias –en un perfecto mercado cautivo. Que se demuestre si esos fondos han entrado a las arcas universitarias y se deduzca responsabilidades a quienes han tomado esas decisiones.
Fuente: www.elperiodico.com.gt

ENFRENTANDO LA CRISIS UNIVERSITARIA

I
Es urgente enfrentar la crisis universitaria para que no desemboque en una crisis general de la sociedad, como ocurrió con las Jornadas de Marzo y Abril de 1962. Por ello, es motivo de alegría la iniciativa lanzada por 25 universitarios con su "propuesta para propiciar el diálogo en la Universidad de San Carlos de Guatemala". Tengo la confianza de que la reunión del 19 de agosto será el punto de partida para que toda la comunidad universitaria participe en la necesaria transformación de la Usac.


No obstante, hay que resolver, de inmediato, la crisis universitaria desatada por los Estudiantes por la Autonomía (EPA). Se reconoce la validez de sus planteamientos y se lamenta que sectores de poder dentro de la Usac hayan respondido con violencia física, en algunos casos apoyados, irresponsablemente, por fuerzas de seguridad del país.

Recordemos los planteamientos de EPA, a los cuales es posible dar respuesta inmediata y positiva:

1. "Exigimos la restitución de los derechos estudiantiles, en la elección de vocal I y vocal II, ya que fueron despojados". El CSU debe comunicar a la Corte de Constitucionalidad que, en tanto se revisa la Ley Orgánica de la Usac, dichas elecciones continuarán de la manera como aparecen en la Ley Orgánica vigente.

2. "La Revisión al proceso de admisión a la Universidad". Es fundamental que, en dos meses, se presente una propuesta de nuevo proceso, que busque la efectiva democratización de la Usac y no sea selectivo y excluyente.

3. "La Revisión del plan de repitencia y, mientras éste se revisa, que sea suspendido". Favorecemos la racionalización de la modalidad de repitencia, pero el proceso no puede ser antojadizo ante la situación social, económica y política del país. Corresponde la suspensión inmediata y una nueva propuesta, para 2011.

4. "Que el Consejo Superior Universitario (CSU) haga un pronunciamiento público exigiendo el 5% del presupuesto General de la Nación como dicta nuestra Constitución". Es obligado dicho pronunciamiento, así como un recurso legal frente al Estado por no acatar dicho mandato constitucional.

5. "Dado el entorpecimiento por parte de las autoridades de los procesos electorales, se exigen elecciones inmediatas en las diferentes unidades académicas". El CSU debe nombrar una Comisión de Notables (universitarios y figuras nacionales) para velar por procesos electorales apegados a la ética y realizados con total transparencia.

6. "Nos solidarizamos con el Sindicato de Trabajadores de la Usac y se apoya el pacto colectivo". No puede existir un sector universitario que dé la espalda a los intereses justos de los trabajadores; la mejor modalidad para hacerlos efectivos es por la vía del pacto colectivo.

7. "Se pide el respeto de los derechos laborales por parte de nuestras autoridades, ya que un gran número de trabajadores fue despedido injustificadamente y bajo represión política". Los derechos humanos, incluidos los laborales, son sagrados. Cualquier autoridad que caiga en su violación debe ser sancionada. Hay que buscar un mecanismo de solución de casos que goce de la confianza de los afectados.

Dar respuesta a las peticiones de EPA es un primer paso impostergable e imprescindible para salir de la crisis. Se pide al CSU que muestre cordura y tolerancia.

II

El movimiento iniciado por EPA ha tomado fuerza. Hay muchos profesionales y universitarios que estamos convencidos de que es el momento de rescatar a la Usac. Lo menos que pueden hacer ustedes, distinguidos miembros del CSU, es tomar la bandera de la dignidad universitaria y superar la crisis. Nuestra universidad tiene, en este momento, una gran deuda con nuestro pueblo. Para comenzar, la dignidad se basa en el ejercicio responsable y sin menoscabo alguno de la autonomía universitaria. Permitir la vulneración de la autonomía es indefendible: solo la ley puede decirle a la Usac cómo elegir a sus autoridades.


La dignidad universitaria también se basa en el cumplimiento fiel de su mandato constitucional: "dirigir, organizar y desarrollar la educación superior...y la educación profesional universitaria estatal, así como la difusión de la cultura... Promoverá la investigación... y cooperará al estudio y solución de los problemas nacionales". Evaluaciones de la forma en que este mandato se ha venido cumpliendo en los últimos 30 años demuestran una gran carencia de resultados y contribuciones. Enmendar esta situación es responsabilidad primordial del CSU y una necesidad urgente.

Para que una institución cumpla su mandato y desempeñe sus funciones, necesita legitimidad, representatividad y legalidad. Es evidente que se ha venido perdiendo la legitimidad, al sacrificarse en aras de intereses mezquinos y personales, una educación superior de calidad para toda la población. La legitimidad pasa por la democratización; medidas selectivas y elitistas, que pueden aplicarse en universidades privadas, no son aplicables en una universidad pública financiada por el Estado. Hay, por otro lado, crisis de representatividad: las autoridades universitarias son electas sin la participación de todos los interesados y mediante procesos cuestionados y cuestionables.

No obstante, más grave aún es que el CSU se apresta a caer en la ilegalidad. Al convocar a elecciones de Vocales I y II de Junta Directiva de Facultad sin la participación de los estudiantes, el CSU establece un procedimiento no contemplado en la Ley Orgánica y nunca aplicado a lo largo de toda la vida autónoma de la institución. La elección se pretende hacer con base a una decisión del Consejo (lo que es ilegal) y a una opinión de la CC (que no está habilitada por la Constitución para legislar). Solamente la reforma de la Ley Orgánica puede llevar a la modificación de los procesos electorales.

Para no caer en la ilegalidad, el CSU debe iniciar un diálogo hacia el exterior, para recordarle a la CC que solamente el Congreso puede legislar, y hacia el interior, para entrar a examinar los problemas de la Usac y sus posibles soluciones. Es digna de encomio la iniciativa de muchos universitarios de plantear el diálogo como única salida. Al plantearse la solución de este "problema nacional", la Usac debe dar el ejemplo de que la tolerancia y el diálogo pueden y deben reemplazar a la intransigencia y la violencia. Instamos a los grupos universitarios prodiálogo a que lleven al CSU a un proceso de verdadera reforma universitaria e instamos al CSU a no desperdiciar esta oportunidad histórica de reafirmar la dignidad de la Usac.

III

Nos enteramos con regocijo del gran apoyo que los Estudiantes por la Autonomía (EPA) de la Usac están recibiendo de diversos sectores de nuestra sociedad civil. La Red por la Paz y el Desarrollo de Guatemala (RPDG), desde el extranjero, se suma a las organizaciones más dinámicas del movimiento social, para respaldar a EPA en la lucha por el rescate de la universidad nacional y autónoma. Igualmente, la RPDG promueve la firma de cartas de solidaridad de profesionales y ex estudiantes guatemaltecos en el exterior y de entidades académicas en el mundo.






La crisis que sacude a la Usac, puede ser el punto de partida para la transformación universitaria que ya planteábamos desde el período 1978-1980, antes de que el terrorismo de estado diezmara salvajemente al sector universitario. Entrar a superar la crisis universitaria por la vía del diálogo real, que la inmensa mayoría de personas interesadas plantea como requisito indispensable, salvo algunos pequeños y oscuros grupos que consideran que la violencia y la represión constituyen la fórmula para enfrentar y acallar las razones del movimiento estudiantil, es la gran oportunidad para dar un trascendental salto de calidad.

La solución por la vía del diálogo, que el Consejo Superior Universitario ha recogido con su apertura hacia un Congreso de Reforma, constituye una gran oportunidad para todas las partes legítimamente interesadas en el porvenir de la Usac, incluidas la sociedad civil y la propia Corte de Constitucionalidad (CC). Debe ser un diálogo de buena fe, democrático y participativo, que permita que los actores principales definan el paradigma universitario del siglo XXI. Para comenzar, todas las medidas de las autoridades universitarias que se encuentran en cuestionamiento deben ser eliminadas o, como mínimo, suspendidas.

EPA y aliados debemos ser intransigentes, sin embargo, en el principio de que la autonomía no puede ser violada, ni siquiera por la CC. Cualquier intento de solución que apunte a aceptar la elección de vocales I y II en la forma convocada por el CSU, debe ser rechazado. Yo sería el primero en presentar un recurso de inconstitucionalidad a una elección que sería ilegal -sin sustento en la Ley Orgánica-- y contraria a los derechos humanos. Un principio básico del derecho internacional es que, en materia de derechos, la ley no puede ser retroactiva y el derecho de los estudiantes a elegir a esos vocales, concedido por la Revolución de Octubre y ejercido durante más de 6 decenios, es base suficiente para llevar el caso a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

En este momento, la CC puede contribuir a superar la crisis, dejando sin efecto su resolución anterior. Por un lado, para no violentar el derecho adquirido por los estudiantes; por el otro, para garantizar que la autoridad que pueda ejercer interinamente el cargo de Decano, Vocal I o II, sea electa con participación estudiantil, como manda la Constitución. De esta forma, la CC puede empezar a recuperarse de su gran desprestigio, que hace que muchos ciudadanos, como yo, pensemos que la Constitución debe ser reformada y la CC desaparecer, ya que su accionar rompe el equilibrio entre los poderes del Estado y ha sido y es fuente de abuso.

IV

Ante nubarrones en la Usac, ya sea violencia del Estado mediante fuerzas de seguridad o de grupos que adversan a EPA, escribí ayer una carta al Presidente y Vicepresidente de la República, con copia al Congreso, la Corte Suprema de Justicia, la Corte de Constitucionalidad, el Consejo Superior Universitario y universitarios interesados, para destacar la responsabilidad del Estado en la solución de la crisis.




Digo: "Me dirijo al ingeniero Álvaro Colom, graduado de la Facultad de Ingeniería y ex alumno mío ... y al doctor Rafael Espada, graduado de la Facultad de Medicina, para que contribuyan a que la crisis no se profundice y se encuentre una solución dialogada y negociada a la misma. La esencia del movimiento estudiantil de los Estudiantes por la Autonomía (EPA) es, justamente...llevar a la práctica lo que todos los profesionales nos comprometimos a hacer con el juramento de nuestra graduación: defender la autonomía universitaria".

Afirmo: "Algunos sectores enquistados en la universidad...pretenden ahora recurrir a los tribunales de justicia para lograr el desalojo violento de los estudiantes que han ocupado las instalaciones universitarias... Esto nos hace recordar la manipulación de las fuerzas de seguridad...que llevó a la masacre de la Embajada de España en enero de 1980. La práctica del "uso de la ley" y la acción de las fuerzas policiales y del ejército para el desalojo violento de personas...han venido agobiando a los campesinos, trabajadores y pobladores de nuestro país a lo largo de la historia...; pero extender la práctica al sector universitario puede conducir a una crisis que rebalse los linderos universitarios".

Insto al Presidente y Vicepresidente a actuar: "En primer lugar, deben manifestar su rechazo a la violencia y evitar que las fuerzas de seguridad se vean envueltas en un desalojo violento. En segundo lugar, sin interferir en las potestades de los otros Poderes del Estado...la Presidencia y Vicepresidencia, con el auxilio del Reconciliador Nacional...Quezada Toruño, deben mediar ante los actores en la crisis, que incluyen al Consejo Superior Universitario y EPA... y al Congreso, la Corte Suprema de Justicia y la Corte de Constitucionalidad...para encontrar la salida apropiada a la crisis".

Concluyo: "A mi juicio, la Corte Suprema de Justicia debiera instruir a todos los tribunales para no decretar acciones de desalojo en tanto se realice un diálogo constructivo y efectivo...La Corte de Constitucionalidad, que generó el problema con un dictamen contrario a la Constitución y al derecho...y que esperó más de dos años para aducir desacato del CSU..., puede, como mínimo...dejar sin efecto su dictamen y reabrir la discusión del tema o alargar el período para la ejecución del desacato, para permitir que la USAC, en ejercicio de su autonomía, decida un nuevo proceso de elección de autoridades, y, en uso de su privilegio de tener iniciativa de ley, presente su propuesta al Congreso de la República. Al Congreso de la República le corresponderá aprobar, como asunto de urgencia nacional, la modificación propuesta por la Usac a su Ley Orgánica. Solamente entonces se podrá convocar a elecciones de autoridades universitarias dentro del marco constitucional y jurídico del país". ¡Hoy, todos somos EPA!

UNIDOS EN LA LUCHA DE LOS SANCARLISTAS GENUINOS


Como Frente Popular hemos seguido con detenimiento los acontecimientos que en esta semana se han desencadenado en la única universidad nacional y pública: Universidad de San Carlos de Guatemala.

El movimiento estudiantil ha levantado banderas de lucha por la autonomía universitaria, garantizada constitucionalmente, y contra la privatización que aun no cesa tanto en el contexto de la USAC como en el país. Están levantando los puños contra la corrupción tanto de autoridades académicas como de la secta de cuestionables “estudiantes” que se han apoderado de la AEU y la han convertido en un espacio para la corrupción y la penetración de la derecha en el movimiento estudiantil.

Como una lucha tendiente a la democratización de la USAC, los estudiantes en resistencia están reivindicando una participación y representación justa dentro de los organismos directivos de la Universidad y están exigiendo que les restituyan el derecho a votar por los vocales I y II de dichos organismos; que se logre la asignación del 5% real del presupuesto nacional y no el 2.8 que actualmente recibe del gobierno con la complicidad de las autoridades universitarias. Por último, continúan la exigencia para que se suprima el examen de admisión para los estudiantes de primer ingreso, mecanismos que contrario a lo que se plantea desde el poder universitario, está vedando el derecho a la educación superior a miles de jóvenes guatemaltecas y guatemaltecos.

En el marco de esta lucha, cual grupos fascistas, quienes dirigen la AEU, en lugar de defender las justas luchas universitarias, han procedido a atentar contra la seguridad de los estudiantes en resistencia. Y es que son grupos que no solamente están cumpliendo con los compromisos corruptos con autoridades y sectores de derecha nacional que les permiten su reproducción y la ocupación de la AEU, sino además, están defendiendo sus intereses económicos articulados en los negocios que anómalamente han desplegado por toda la Universidad con la complicidad de las autoridades.

Al analizar estas luchas que el movimiento estudiantil en resistencia está impulsando, no cabe duda de su justeza. Por esa razón, el Frente Popular apoya esta movilización y llama a todas y todos sus militantes que estudian o hacen docencia en esta casa de estudios, a que continúen participando activamente y aporten no solamente a lograr las conquistas necesarias sino, además, contribuyan a garantizar la seguridad personal, política e ideológica del movimiento, con un liderazgo honesto y leal y con una estrategia adecuada para avanzar en la recuperación de un movimiento estudiantil genuino.

POR UNA UNIVERSIDAD PÚBLICA, LAICA, GRATUITA, OGLIGATORIA Y DEMOCRÁTICA

FRENTE POPULAR
Soberanía, Dignidad, Solidaridad
¡Vamos Patria, la lucha continúa!

Guatemala, 13 de agosto de 2010.

ZAPATERO A TUS ZAPATOS

Por Carlos Maldonado
18 de agosto, en http://www.frentepopularsds.blogspot.com/
El comunicado de prensa que a través de un campo pagado realizó la Asamblea de Presidentes de los Colegios Profesionales causó más estupor y desacuerdo que signos positivos. ¿Por qué? Pues los asambleístas en vez de apoyar acciones que desmantelen la impunidad de altos funcionarios y grupos paralelos, parecen responder a intereses de los involucrados sobre los cuales, incluso, pesan ordenes de captura.

Esa decisión no fue la más brillante. Yo, por lo menos no la comparto y me atrevo a afirmar que otros profesionales tampoco. Contrario a ella, esperaba, por lo menos, que la Asamblea de Presidentes siguiera presionando a Gobierno e iniciativa privada por el delito de encubrimiento a particulares que ejercen cargos en esos ámbitos sin contar con la calidad de profesional activo, incurriendo flagrantemente en el delito de “usurpación de calidades”. Esto, sin contar que, en muchas ocasiones, sus decisiones son erróneas al no poseer los estudios pertinentes para solucionar problemáticas que luego redundan en daños, muchas veces irreparables e irreversibles a particulares, infraestructura y erario público. .

En ese ámbito, esperaba actuara la Asamblea de Presidentes, pues, si ya había puesto el dedo en la llaga al sacar a luz pública dicho delito que viene cometiéndose desde hace mucho tiempo con franca impunidad y complicidad de empleadores y empleados, era menester darle seguimiento para evitar sumar más impunidad y descontrol. No un comunicado que evidencia desconocer la realidad del país y riñe con el esfuerzo de la ciudadanía por desembarazarse algún día de los grupos paramilitares que han provocado dolor y lágrimas a miles de familias muchos años ha.

Señores presidentes, en calidad de miembro de uno de los Colegios, me permito exigirles el seguimiento al delito de usurpación de calidades y evitar ponerse en ridículo al pronunciarse por cuestiones que insultan a la ciudadanía al soslayar la tragedia que ha vivido.

USAC: LOS PÁJAROS LE TIRAN A LAS ESCOPETAS

Carlos MaldonadoMiércoles, agosto 18, 2010, 3:33 pm

He visto la pregunta que Prensa Libre puso a circular en la emisión de hoy miércoles 18 de agosto de 2010 a través del Voto Libre donde se interroga: ¿Está usted de acuerdo con que la Universidad de San Carlos (USAC) permanezca cerrada por una protesta de estudiantes?(sic). Dicha pregunta está hecha con la misma superficialidad con al que se haría la de: ¿Está usted de acuerdo con el matrimonio homosexual?

Esa, como muchas otras preguntas, no pueden reducirse al simplista, si o no; especialmente, cuando existe un sin número de problemáticas en la USAC sin resolverse y que, precisamente, las protestas estudiantiles han sacado a luz. Uno de ellos, la participación estudiantil en la elección de sus autoridades, como lo establece La Ley Orgánica de la USAC, fue el detonante de esta situación que ya había estallado anteriormente en los meses de abril y mayo de este año. Como antecedente, a raíz de esa primera toma, se logró un acuerdo del CSU con los estudiantes el cual éste rompió, utilizando la vieja táctica maquiavélica de ganar tiempo, con el fin de imponer los intereses de un pequeño sector de profesionales, docentes y, no sé si llamarlos estudiantes, que ven a la USAC como el centro de sus negocios particulares. Por ello, intuyendo esa tendencia a la treta y la represión, no dudo usará el mecanismo de la fuerza auxiliado con mafias armadas insertadas en la AEU para expulsar a los estudiantes del EPA del campus y de la vida estudiantil al cancelarles su matrícula. O sea que, los embaucadores ahora se hacen las víctimas y no dudará de zanjar con la coerción y el vejamen, la legítima protesta que con sus actos ha propiciado. Si no vean las declaraciones del exrector Efraín Medina y otros que siguen utilizando a la USAC como plataforma política y electorera. Razones de más para explicar el silencio de la USAC ante las corruptelas y la forma represiva de los gobernantes de turno.

Un gobierno universitario –CSU- que debiera dar ejemplo de cómo manejar los problemas, -con dialogo, mesura, tolerancia y ciencia por delante-, copia el estilacho de los gobiernos a más represivos que los guatemaltecos hemos sufrido, con el objetivo de imponer sus designios y preservar prebendas y privilegios.

La oportunidad que, para profesionales, docentes y estudiantes que dicen amar a la tricentenaria, da esta coyuntura está en la revisión y transformación, en principio, del medieval sistema electoral que prevalece en la USAC del cual deriva clientelismo y corrupción, extorsiones y sobornos, al buen estilo gangsteril. Luego, la red de negocios al interno del campus propiedad de propios y extraños; la deficiencia en el proceso de enseñanza/aprendizaje que ha incidido en la indiferencia de los egresados ante la realidad del país. Y, así otros muchos más.

Si mañana los estudiantes de la EPA son echados a la fuerza, si incluso, se les cancela la matrícula, la USAC solo postergará sus graves problemas. Mientras eso perviva otros se seguirán levantando. Otras EPAS entrarán en escena y será la de nunca acabar.

Sin embargo, Prensa Libre , con esa pregunta infantil pretende inclinar a la opinión pública para que ésta acepte que son los pájaros los que le deben tirar a las escopetas; que los estudiantes aglutinados en la EPA son los culpables de semejante situación y no el CSU y la defensa de sus fueros.

Como dicen en mi pueblo: ¡Que dea petate!

YA NO SON TIEMPOS DE JUAN CHARRASQUEADO

Carlos Maldonadojueves, agosto 19, 2010, 12:24 pm
En http://www.frentepopularsds.blogspot.com/

El Rector Magnífico de la Universidad de San Carlos de Guatemala, Dr. Estuardo Gálvez, compareció anoche en Notisiete en una entrevista exclusiva para informar sobre el conflicto que se vive en la Universidad de San Carlos de Guatemala.


Cuando lo anunciaron respiré aliviado pues sentí que esa alocución podría abrir las puertas a la solución de la crisis que nos atañe a todos los que pertenecemos a la comunidad universitaria. Sin embargo, luego de esbozar las primeras líneas de su intervención, la desilusión se apoderó de mi espíritu. El representante legal de la Universidad, el Rector Magnífico, utilizando los mecanismos trillados de la victimización, atribuyó el conflicto a purgas entre estudiantes por ganar el poder de la AEU en el escenario electoral de septiembre próximo. O sea, nada que ver con ellos. ¡Uff! ¡Que seriedad!

Ni porque pasaron el video, como contraste a la participación del Rector, donde uno de los voceros de Estudiantes Por la Autonomía –EPA-, establecía claramente que la solución del conflicto pasaba por la solución integral de la problemática universitaria bajo el marco de la Autonomía Universitaria –gobierno propio y tripartito (profesionales, docentes y estudiantes, por ende, participantes los tres en igualdad en elecciones de las diferentes instancias internas de la USAC), planteamiento, elevación y aprobación de leyes propias, presupuesto propio. Ni porque, el mismo vocero, expresó que la AEU no les interesa porque esta instancia está muerta no solo para estudiantes sino para el pueblo en general, el Rector fue tozudo en reiterar su argumento inicial, lo que indica que esa píldora rumiada en último momento por el CSU, era el novísimo caballito de batalla para el razonamiento de cara a los medios por parte del Rector Magnífico. Todo el problema se reducía, entonces, a la purga entre estudiantes, los de EPA y los de AEU, por una moribunda Asociación de Estudiantes que, como bien dijo el vocero de EPA, no es ni la sombra de la otrora gloriosa de la cual muchos de sus dirigentes fueron exiliados, desaparecidos y asesinados. Tanto que el nombre que hoy ostenta la AEU, el de Oliverio Castañeda De León, fue en honor a su Secretario General asesinado por el gobierno de Lucas García.

Oliverio, ante la corrupción de sus dirigentes actuales, sin duda alguna, debe estar revolviéndose en su tumba como popularmente se dice cuando se mancilla vulgarmente la memoria de un ser consciente, consecuente y honorable en sus actos como aquél lo fue.

Por otro lado, parece ir en la misma tónica de tergiversación y manipulación de la información, el comunicado del Sindicato de Profesores titulares de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad de San Carlos de Guatemala SIPT-Derecho, la Asociación de Docentes del Área Básica de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad de San Carlos de Guatemala (sic), en su numeral 2 donde argumenta: “Que la resolución de la Corte de Constitucionalidad que reformó los artículos 35 de la Ley Orgánica de la Universidad de San Carlos de Guatemala, 52 de los Estatutos de la Universidad de San Carlos de Guatemala y 24 del Reglamento de Elecciones de la Universidad de San Carlos de Guatemala, no viola nuestra autonomía. Por el contrario, afirma el principio de igualdad…” (sic).

Que yo sepa, la Corte de Constitucionalidad no puede reformar las leyes universitarias pues esto es solo competencia del Consejo Superior Universitario lo cual entra en contradicción con el principio de Autonomía. Razonamiento que descubre la manipulación y sumisión de dichos profesionales que argumentan con sus propias palabras que ello, “no viola nuestra autonomía” Juzgue usted mismo.

Postura más genuflexa e ignorante no puede haber.

Si las máximas autoridades de la USAC no retoman el dialogo de manera seria, responsable y más que eso, con mesa limpia, el conflicto seguirá, la problemática se agudizará y la comunidad universitaria seguirá padeciendo estas contradicciones. No importa que las autoridades ganen esta partida temporalmente, utilizando para ello, la tergiversación, la manipulación mediática en contubernio con algunos medios y sus encuestas ajadas y el soslayamiento de los problemas de fondo. Hay cuestiones que no pueden seguir incubándose en la máxima casa de estudios como los que desde abril han puesto sobre el tapete los estudiantes aglutinados en la EPA.

Intuyo que más de algunos “camisas blancas” se han de estar frotando las manos por considerar acorralados a los estudiantes de EPA y ese alguien no está fuera de la USAC sino dentro de ella, en sus oficinas y claustros. Por estos fuera, los estudiantes debieran ser desalojados a patadas, canceladas sus matriculas, prohibírseles su cercanía a instalaciones universitarias a menos de tantos metros e incluso, en más de alguna mente siniestra, la idea de eliminación física debe gravitar como mecanismo eficaz para frenar la protesta. Así suelen resolver los de su calaña cualquier problemática que enfrenten. Al estilo Juan Charrasqueado.

Como se ve que ese Estado finquero del que nos ilustra muy claramente el compañero Sergio Tischler, no ha desaparecido en las cabecitas de muchos funcionarios y profesores de la USAC, incluso dentro de algunos que conforman equipo de las máximas autoridades. Al contrario, se refuerza con la idea de ganar por ganar, para desgracia del país. Verdaderas rémoras de la ciencia y el desarrollo integral de Guatemala.

Ea pues, reine la cordura y la tolerancia y que en el diálogo se establezcan las bases para reencauzar a nuestra tricentenaria por la senda de la ciencia, el humanismo y la preocupación por el entorno natural. Por la defensa de la soberanía y la autodeterminación de nuestro pueblo.

EL AUTORITARISMO DEL RECTOR DEL CSU

Hemos seguido con suma preocupación las políticas que el Rector de la USAC, Estuardo Gálvez, y su Consejo Superior Universitario (CSU), han venido implementando en nuestra UNIVERSIDAD PÚBLICA Y NACIONAL.

Sus orientaciones a avanzar paulatinamente en la privatización de la Universidad, la violación al derecho a la educación que realiza a través del examen falsamente denominado de ubicación, la convivencia conveniente con la camarilla que desde hace más de diez años mantiene secuestrada a la Asociación de Estudiantes Universitarios –AEU-, las acciones en donde la USAC se ha visto comprometida en actos de corrupción de representantes suyos ante distintos organismos del Estado, la reproducción de una política clientelar y corrupta en contubernio con poderes nacionales y como práctica de sus sucesivas campañas electorales para la rectoría, son sólo algunos de los ejemplos a citar que demuestran el carácter de su gestión.

Hoy nos hemos enterado de la decisión suya y del CSU (punto cuarto del Acta No.24-2010 de sesión extra-ordinaria del 18 de agosto) en la cual anteponen posiciones intransigentes y amenazantes en contra de estudiantes que han levantado demandas justas y que se orientarían a recuperar la Universidad para el pueblo guatemalteco.

Fijar plazos y amenazar con represión no es más que sostener su política de no negociación mantenida hasta el día de hoy. Convocar a una concentración para el día viernes a las 11 horas, constituye simplemente un acto de provocación. Su posición nos recuerda a los rectorados afines a la política contrainsurgente que en lugar de democratizar y avanzar hacia el desarrollo de la USAC, se dedicaban a reprimir las demandas y reivindicaciones justas de los estudiantes universitarios.

Como Frente Popular hacemos un llamado a los estudiantes sancarlistas comprometidos con su Universidad y con su pueblo, a apoyar el movimiento estudiantil por la autonomía universitaria. Asimismo a las organizaciones sociales, sindicales, populares, indígenas y campesinas a mantener o iniciar su apoyo a esta movilización.

Está en juego nuestro derecho y el derecho a la educación superior pública, laica, gratuita y obligatoria de nuestros hijos y los de todos los guatemaltecos.

Nosotros hemos sido y seremos testigos de honor de la lucha de la EPA y estaremos ahí para respaldar a nuestros compañeros sancarlistas.

POR UNA UNIVERSIDAD NACIONAL, PÚBLICA, LAICA, GRATUITA Y OBLIGATORIA

FRENTE POPULAR
Soberanía, Dignidad y Solidaridad
¡VAMOS PATRIA, LA LUCHA CONTINÚA!

DEBE HABER UNA SOLUCIÓN INTEGRAL Y RÁPIDA PARA LA USAC

Por Carlos Maldonado
 
Como se dice en buen chapín: no hace falta ir a la U para darse cuenta plenamente que la toma de la San Carlos por parte de los estudiantes aglutinados en EPA, fue la única forma que encontraron estos de hacerse escuchar.

Siempre se maneja el viejo discurso que las demandas deben hacerse a través de los canales respectivos, sin embargo, por lo general, esta recomendación no lleva garantía alguna que así será. Para los EPA esa propuesta resultó falsa.

A pesar de haber pactado en mayo que se instalaría una mesa de diálogo a raíz de la primera toma, las autoridades de la USAC dejaron que se realizaran las elecciones de Vocales I y II en Agronomía, lo que automáticamente rompió los compromisos pues ello atenta directamente contra la Autonomía ya que siendo el gobierno tripartito uno de los pilares fundamentales de aquella, dichas elecciones hubieran agudizado su socavamiento. Ese engaño fue el detonante de la toma actual y la desconfianza del sector estudiantil hacia las autoridades que ya una vez les mintieron. ¿Qué otra cosa se hubiera esperado?

Ahora bien, es necesario solucionar la problemática, empezando con el levantamiento de la toma de la USAC, pero eso debe ser consecuencia de un compromiso, en este caso del CSU de iniciar el diálogo con mesa limpia para lo cual deben invalidar las elecciones en discrepancia. Aprovechando la intervención de la Procuraduría de Derechos Humanos, conformar un grupo de notables electos por ambos grupos –el CSU y EPA-, para que éstos medien y sistematicen el dialogo que confluya, idealmente, en un Congreso Universitario por la Autonomía que será el que dicte las líneas de reforma a los múltiples problemas que afronta nuestra casa de estudios superiores. Pero que no sea como el chasco de la anterior Reforma Universitaria que solo aportó maquillaje y no soluciones concretas. Este Congreso debe apuntar a los problemas más agudos de la USAC para lo cual deben establecerse prioridades y sus respectivos plazos.

Sé que hay grupos que apoyan al CSU por simpatías y compromisos electorales y otros que apoyan a EPA, pero ambos deben soslayar sus débitos y simpatías particulares en beneficio de una Universidad más profesional al servicio del pueblo, o sea, las clases sociales más necesitadas y vulnerables, no solo en la solución de sus problemas más agudos sino en su inserción a la educación superior.

Confío que de esta crisis salga algo nuevo. Una nueva época para la Universidad de San Carlos de Guatemala, donde la ciencia, el humanismo y la calidad, tanto de estudiantes como profesores se convierta en una constante que se traduzca en un aporte sustancial al país.

RECHAZAMOS LA PRETENSIONES REPRESIVAS DEL RECTOR DE LA USAC Y

RECHAZAMOS EL PAPEL QUE LAS MAFIAS, A TRAVÉS DE LA AEU, ESTÁN JUGANDO Y OBSTACULIZANDO LAS JUSTAS LUCHAS POR LA DEFENSA UNIVERSITARIA

RECHAZAMOS LA IDEA DE SUSPENDER EL SEMESTRE

COMO ORGANIZACIÓN DEL PUEBLO
EXIGIMOS AL RECTOR Y SU CSU
QUE SEAN COHERENTES CON SUS DECISIONES ANTERIORES
Y GARANTICEN EL AUTOGOBIERNO DE LA USAC
TAL Y COMO ESTÁ CONSIGNADO EN LA
CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LA REPUBLICA DE GUATEMALA

LA AUTONOMÍA UNIVERSITARIA NO SE VENDE
SE DEFINEDE
 
FRENTE POPULAR

PEDRO TRUJILLO, UNA MENTE COLONIAL

Por Carlos Maldonado
25 de agosto, en http://www.frentepopularsds.blogspot.com/

Me molesta mucho cuando un personaje que no conoce plenamente de lo que escribe se erige en un conspicuo opinante. Tal es el caso de Pedro Trujillo que, sin siquiera pertenecer a la comunidad universitaria de la San Carlos , cree tener la solución para ponerle fin a su crisis. Entonces esboza una serie de incoherencias acerca de ella, en el diario de mayor circulación de este país, como es Prensa Libre en su edición de hoy 24 de agosto de 2010. No porque me oponga a las opiniones diversas sino porque algunas opiniones en vez de desactivar los conflictos más bien, instan a la violencia.

El señor Pedro Trujillo en su columna de hoy llamada “Encapuchados” hace señalamientos infundados y despotrica en insultos contra los miembros de Estudiantes Por la Autonomía –EPA-, a quienes ni conoce ni sabe de sus luchas y contra las autoridades a quienes culpa de tibios y con ese epíteto pretende auparlos hacia la confrontación. Me parece que es una falta de respeto de alguien que, ni por asomo, está al tanto de las interioridades de la realidad que se ventila y que ignora que la toma de la USAC es solo la punta del iceberg de un enorme cúmulo de problemas irresueltos.

Las circunstancias que llevaron a aquellos a realizarla nacen de la problemática profunda que padece la USAC. Pero eso, es una crisis que tiene que atenderse a través del diálogo serio y abarcativo a todos los sectores de la USAC, y no con desalojos ni con violencia contra los muchachos, como lo plantea el articulista, que aún con pasamontañas o no, han puesto el dedo en la llaga. Trujillo se devana en calificativos insustanciales con los cuales trata de ningunear a los estudiantes (peludos, desgarbados, encapuchados) quienes, aún sin la experiencia y la madurez de los profesionales, han evidenciado las contradicciones de nuestra máxima casa de estudios. No emite una posición seria a la altura de lo que él mismo, en otras ocasiones, se ha jactado de ser: un docente de la Francisco M arroquín.

Es más, si las autoridades de la USAC, al igual que Trujillo, van con la intolerancia por delante no iremos a ningún lado. Al contrario las cosas se agravarán.

Sé que dentro del Colegio Mayor donde trabaja Trujillo eso jamás pasará pues allí la estructura educativa está diseñada para que el alumno solo sea receptáculo de cualquier información que provenga de las “vacas sagradas” como Trujillo, en la San Carlos , por lo menos en algunas unidades académicas y por parte de algunos catedráticos, entre los que considero contarme, aún se goza de los criterios que los alumnos esbozan acerca de lo que los docentes dictamos desde la cátedra. Se pretende así que la educación superior sea un diálogo constante y constructivo acerca de una serie de propuestas científicas que los alumnos puedan enriquecer e, incluso, superar por su propio razonamiento y esfuerzo. Eso es lo que marca la diferencia entre una Universidad y un Colegio Mayor. Eso es lo que jamás podrá realizar Trujillo dentro del ambiente en que se desenvuelve de la Marroquín, donde la ideología férrea que tienen que aprender a mascullar los alumnos es la neoliberal que, a pesar de haber demostrado su fracaso evidente en las sucesivas y constantes crisis capitalistas, se sigue enseñando en sus recintos. Nada más apegado al dogma.

Pero dejando al señor Trujillo de lado y por la simpleza de que cada ser humano tiene una porción de la verdad, insto a las autoridades de la USAC a primar el diálogo sobre todas las cosas con el fin de desactivar esta crisis. Lo demás ya es campo de los represores que jamás han soportado que alguien más le refute la idea que tengan del mundo.

Cuando el razonamiento y el diálogo son descartados de cualquier ámbito, los que se creen poderosos pronto recurren a las descalificaciones contra los que consideran sus adversarios o enemigos, para luego pasar a la violencia y la represión. Seamos justos y ecuánimes, eso hablará más que cualquier cosa de nuestro carácter noble.

EL QUE ESTÉ LIBRE DE SUEÑOS QUE TIRE LA PRIMERA PIEDRA

Por Carlos Maldonado
29 de agosto, en http://www.frentepopularsds.blogspot.com/

La situación de la Universidad de San Carlos pareciera estar estancada. El Consejo Superior Universitario –CSU- ha demostrado una inflexibilidad tal que raya en la intransigencia. Dicen apostar por el diálogo pero con sus últimas acciones demuestran todo lo contrario.

El hecho de haber dejado que se publicaran, ayer 26 y hoy 27 de los corrientes, las convocatorias a elecciones de Vocales I y II para diferentes facultades, en algunos medios escritos, indica que ese punto es el que defiende a toda costa el CSU. ¿Por qué? Pues, porque con ello sacan del cuadrilátero de participación a un sector que siempre, por muy conservador que sea, en su naturaleza el cuestionamiento y la rebeldía son intrínsecos: los estudiantes. Que por lo mismo, por su heterogeneidad, no pueden controlar.

A muchos colegas parecerá que esto no tiene importancia, que es inofensivo e inocuo, sin embargo, con dichas elecciones, si se llevasen a cabo, se estaría sentando un precedente muy nefasto para uno de los principios fundamentales de la Autonomía como es el gobierno tripartito. Estaría dándosele la estocada mortal a esa Autonomía que tanto defendieron e, incluso, pagaron con la muerte y el exilio muchos estudiantes, docentes y profesionales sancarlistas. No puede pisotearse la historia y memoria de aquellos tan impúdicamente.

¿Qué pasaría con la Universidad a partir de dinamitarse su Autonomía? Pues simplemente, si hoy se ha reducido al eufemismo de “la máxima casa de estudios”, con esa merma, en vez de recuperar la dignidad perdida, la beligerancia que la caracterizó a partir de su Autonomía para denunciar designios y decisiones perversas de los que han dominado este país, aún a sangre y fuego, pasaría a ser caja de resonancia total del pensamiento mercantilista que hoy la aplasta y que ha utilizado a la ciencia como una herramienta de enriquecimiento personal, en el mejor de los casos, o en un arma para sojuzgar al mismo pueblo, en el peor de ellos.

Pasaría a convertirse en el Colegio Mayor San Carlos, con sus aulas ostentosas, sus kioscos de comida rápida transnacional y su cuota mensual quizá menor a la que se cobra en las privadas, pero impagable para un enorme sector de estudiantes que provienen de los estratos bajos de la sociedad, con lo cual no habría ya necesidad de establecer exámenes de admisión ni devanarse los sesos con la repitencia. Todo sería color de rosa para los hijos de la pequeña burguesía y los mercaderes de la educación. Los primeros, porque ya no tendrían que rozarse con los plebeyos en las aulas y los segundos, porque se apropiarían de una infraestructura que fue ideada para dar cabida a los trabajadores y construida por ellos en base al impuesto de la mayoría de ciudadanos. Ese es el sueño neoliberal que, a pesar de su fracaso, aún sigue gravitando en las mentes de muchos que han trabajado denodadamente para tecnocratizar y convertir a la USAC en una Escuela Superior de Oficios. Algunos de ellos, entre profesionales, docentes y estudiantes, hoy forman parte de ese CSU desorientado e intransigente.

Si hoy, miles de estudiantes provenientes de la gran mayoría de la población se quedan solo con el anhelo de estudiar en la U, mañana ni siquiera ese anhelo existirá.

La USAC pasa por momentos críticos. Lo que los Estudiantes por la Autonomía –EPA- han desnudado es toda una serie de contradicciones que padece ésta. Los docentes y profesionales en vez de sumarnos a los ideólogos de la derecha en la simple, vulgar y fascista demanda de que la fuerza pública eche a los estudiantes que han sacado a flote la podredumbre que hasta ahora había permanecido oculta y que ha concluido en una crisis universitaria sin parangón en la historia, debiéramos presionar al CSU para que se siente a discutir y solucionar la coyuntura sin dobles discursos, engaños y con la mesa limpia que pasa por dejar en vilo las elecciones a Vocal I y II. Presionarlo también para que monte el Congreso de Reforma Universitaria para darle solución a fondo a la problemática que hoy nos agobia con el objetivo de que la “máxima casa de estudios” recupere el prestigio y su papel histórico ante la población.

No podemos seguir en este impasse. Como anoté en otro aporte, si los muchachos son echados; si son canceladas sus matrículas y expulsados de la Universidad se marcará un referente funesto para el futuro de la Carolingia. No solo porque señalará a sus actuales autoridades de intolerantes e incapaces de resolver los conflictos a través de mecanismos civilizados, sino porque se perderá la oportunidad histórica de discutir los problemas apremiantes de la Universidad.

Me considero dentro de los muy impacientes por resolver la crisis, pero no dentro de los que desean regresar a la “normalidad” que, para muchos significa, regresar al acomodo, a la corrupción, a la transa, a la compra/venta de títulos y/o pruebas, al acoso laboral y sexual, a las componendas politiqueras que juegan desde sus recintos los mercaderes de cargos públicos que han sido señalados por la sociedad como cómplices, testaferros y defensores de narcotraficantes y violadores de los derechos humanos. No significa tampoco regresar a la cátedra insulsa, deformada y alejada de la realidad que forma mercanchifles de la profesión donde la ganancia es el máximo objetivo y no la reconversión social al humanismo, donde el ejercicio de la profesión debe ser solo una herramienta para posicionar al ser humano en el lugar que le corresponde en la vida y la sociedad.

Hay que sacar provecho de esta crisis. Hacer un alto en el camino y dialogar acerca de las contradicciones que atosigan a la Universidad con el ánimo de resolver la mayoría de ellas. Por lo menos, las más acuciantes.

Esto, que no es más que una muestra de la batalla de ideas, no puede contemplarse superficialmente. O, buscamos una solución donde ganemos todos o apresuraremos la muerte de la Universidad estatal y autónoma de Guatemala, donde perderemos todos los que anhelamos una nación soberana, digna, incluyente y desarrollada que respeta el ambiente natural.

Es momento para ponerle realmente atención a las demandas de los EPA. Es momento de revertir la intransigencia de llevar a cabo elecciones donde se excluyen a los estudiantes del gobierno universitario y comenzar el diálogo con mesa limpia.

Pregunto: ¿Qué queremos demostrar con no escuchar? ¿Qué pulso queremos ganar? ¿No recordamos, acaso, que los beneficios que gozamos cuando estudiantes fueron logrados por el sacrificio de otros o, incluso, de nosotros mismos por un mundo mejor? ¿Por qué nos comportamos a la vez como jueces y verdugos de aquellos que quieren lograr un cambio positivo para su universidad? ¿Por qué nos resistimos a atender a nuestros jóvenes?

Dejemos el espíritu autoritario y de autosuficiencia y con humildad propiciemos el diálogo y la comunicación para resolver esta crisis y los problemas cotidianos. No somos mejores que esos muchachos. Ellos nos están dando una lección de interés y sensibilidad por preocuparse del futuro, no solo de la USAC sino del país y la humanidad entera. Por ello, acomodando la frase del Maestro a las circunstancias actuales, expongo: “el que esté libre de sueños que tire la primera piedra contra los Estudiantes por la Autonomía”

LA RAZÓN Y EL DIÁLOGO DEBEN PRIMAR SOBRE EL ENGAÑO Y LA VIOLENCIA

Por Carlos Maldonado
2 de septiembre, en http://www.frentepopularsds.blogspot.com/

UN LLAMADO URGENTE AL CSU Y AL RECTOR MAGNÍFICO DE LA USAC

Para comprender lo nacional es necesario tomar en cuenta lo internacional. En igual forma, para entender lo institucional es fundamental comprender lo nacional cuya relación ya vemos pues, de donde proviene.

Por eso, la crisis actual en la Universidad de San Carlos de Guatemala debe pasar por el conocimiento de las relaciones internacionales.

En el llamado consenso de Washington ya se dictaban las directrices de las modificaciones que debería sufrir la educación superior en los países que aceptaban, si es que es plausible así denominarlo, ese chantaje imperialista.

En él, las universidades públicas perdían su capacidad de autogobierno (autonomía) y pasaban a engrosar las filas de los “centros de capacitación superior” con objetivo de formar recurso humano calificado al servicio de las transnacionales asentadas o por asentarse en los países del “tercer mundo” dentro del marco de la estrategia imperial del Área de Libre Comercio de las Américas –ALCA-, que no era más que el eufemismo para referirse a la expansión de los llamados Tratados de Libre Comercio de parte de Estados Unidos, primordialmente, hacia los países de América del Sur, incluyendo a Cuba.

Esta iniciativa imperialista a pesar que quedó derrotada por la resistencia de los pueblos y así se evidenció en la Cumbre del Mar del Plata, Argentina en el 2005, sugirió de parte de Estados Unidos una nueva estrategia para soportar su fracaso: la firma de Tratados de Libre Comercio bilaterales con los países de América del Sur considerados por Washington como los más débiles o los más proclives a su pensamiento hegemónico dentro de su patio trasero. A tal medida que Guatemala fue uno de esas naciones que quedó atada a dichas reglamentaciones.

La Universidad de San Carlos de Guatemala, como única casa de estudios superiores, con una historia gloriosa en defensa de la soberanía e independencia de nuestro país a raíz de la Revolución de Octubre de 1944 en cuyo marco consiguió su autonomía, lo que le otorgó la conciencia y fortaleza para soportar con donaire la oleada contrarrevolucionaria desde 1954 hasta nuestros días, sacrificando a muchos de su más preclaros hijos, va perdiendo cada día en plena efervescencia neoliberal, su calidad académica y su voz ante los desmanes de los gobiernos militares-fascistas hasta los de cuño democrático que a pesar de ello, se ven presionados a aceptar las recetas emanadas del Consenso de Washington. De ahí, que sus objetivos hayan sido trocados en la práctica por el debilitamiento de su capacidad analítica de una gran parte de su plana docente y de investigadores lo cual se traslada a los estudiantes que ven en la USAC la alternativa barata ante sus magros ingresos, los más pobres y, como un ahorro sustantivo, por parte de los que tienen más facilidades que provienen de las capas medias de la sociedad: la pequeña burguesía. Y, no como el espacio de conocer nuevas ideas y su debate con el ánimo de solucionar la problemática social.

Por razones como esa, muchos de los cursos que permitían esclarecer la realidad nacional y mundial al alumnado, fueron suprimidos de las áreas preparatorias de las diferentes carreras. Otros, siguieron con su mismo nombre pero con los contenidos carentes de dichos conocimientos, lo que encaminó la enseñanza hacia lo técnico eminentemente, divorciándolo de la satisfacción de las necesidades humanas primando la consecución de la ganancia particular. Por eso es entendible que hoy la mayoría de los estudiantes establezcan la enseñanza superior a guisa de captar mayores recursos en medio de una sociedad consumista. Eso, que es evidente en el desempeño cotidiano de infinidad de profesionales quienes no mueven un dedo a menos que exista un estipendio de por medio, es lo que domina el espíritu de estos expertos formados dentro del concepto neoliberal de le enseñanza superior.

Por ello, hoy que el movimiento de los Estudiantes Por la Autonomía –EPA- ha trascendido el campus universitario para trasladarse al plano social, la simpatía que ha despertado es conmensurable a las necesidades de la población cuya mayoría es pobre, trabajadora e informal y cuyos miembros ven en esa lucha la reivindicación de los mártires universitarios porque la Universidad de San Carlos de Guatemala no siga constituyéndose en una casa de estudios superiores ajena a la problemática nacional y cerrada a las clases más bajas. Al contrario que recuperando la ciencia y la humanidad abra sin barreras sus aulas para que aquellos puedan convertirse en profesionales que coadyuven en la solución de los problemas de todos.

EPA ha inaugurado las posibilidades de retomar la ciencia como una herramienta de respuesta a los problemas del pueblo mayoritario donde la USAC debe ser el vehículo para retomar ese proceso y no seguir en la obcecación de guarecer dentro de sus espacios a grupos oscuros que solo defienden sus intereses mezquinos. Máxime cuando esos intereses solo sirven para seguir hostigando y sojuzgando a las grandes mayorías a través del poder coercitivo del aparato del Estado neoliberal.

El Consejo Superior Universitario y su figura más visible, el Rector Magnífico, deben propiciar una salida justa y ecuánime, a la medida de todos los sectores de la USAC y pensando más que todo, en la población mayoritaria, donde los jóvenes son un número considerable.

Jueguen el papel histórico de ponerse a favor de las causas populares antes que seguir permitiendo que las mafias se apropien totalmente de nuestra tricentenaria casa de estudios. Que ésta no siga siendo la cueva de los mercaderes que desde ella tergiversan y mancillan la memoria de sus más dignos hijos.

Este es un sincero llamado para que se invistan de tolerancia y visión; para que tomen distancia de los violentos que aún con el aura de docentes se comportan como los más fieros enemigos de la razón y el diálogo y que, al igual que los más aviesos pandilleros, agreden con descabellada animosidad a los estudiantes. Esos son los que nunca han entendido que los estudiantes son parte fundamental de la comunidad universitaria y no enemigos.

No pretendan imponer su visión legalista pues la razón humanista y de urgencia por la retoma de los principios y los mecanismos democráticos que dan vida a la Autonomía de la USAC es la que respalda a los muchachos de EPA, cuya bandera blandimos los que deseamos que esta vez los cambios sean de fondo y no cosméticos. Y, que si se empeña la palabra ésta no sea borrada por declaraciones contradictorias y de enfrentamiento o el más burdo engaño, pues eso, lo único que crea es incertidumbre y desconfianza y por ende, mayor retraso en la solución de la crisis que nos agobia a todos por igual.

Urge el Congreso de Reforma Universitaria, el cual debe ser parte de los compromisos del gobierno universitario, pero más urge encontrarle una salida airosa a esta crisis. Una, donde ganemos todos, pues, si alguno cree que venciendo al otro vencerá, está muy equivocado. Por eso, creí necesario explicar que lo que se vive hoy en la USAC es producto de las contradicciones entre dos visiones distintas: la neoliberal imperialista y la humanista y democrática de los pueblos soberanos.

Aquí, o ganamos todos o perdemos todos. Así de simple es la disyuntiva.

NO DEBE PERDERSE ESTA OPORTUNIDAD DE ORO

Por Carlos Maldonado
7 de septiembre
En http://www.frentepopularsds.blogspot/

Por lo observado en estos días, creo que el momento histórico de EPA, como es la tendencia de todo movimiento, después de haberse ubicado en la cima, está languideciendo y a resquemor de lo que esta opinión pueda causar entre sus más románticos incondicionales, es necesario explicar por qué.

Los Estudiantes por la Autonomía –EPA-, se han atrincherado en la exigencia de que la Corte de Constitucionalidad de marcha atrás sobre la sentencia ya de todos conocida. El Consejo Superior Universitario, quien tiene el tiempo a su favor, no variará su postura con respecto a ello pues sabe que el desgaste es acelerado para los estudiantes. Tomando a cuenta eso, ni las intransigencias ni las dilaciones contribuyen a desentrampar el entuerto pues, mientras eso pasa, otros actores que no son visibles presionan fuerte.

Esos y Cronos van volcándose paulatinamente contra los estudiantes. A ello, se suma la denegatoria del recurso legal planteado por EPA ante un juzgado lo que corrobora que los mecanismos jurídicos se están agotando, sino es que ya. A la par que eso acontece, los muchachos que sufren el desgaste propio de la toma no consiguen del CSU más que su silente desprecio. Es lógico porque como los viejos zorros esperan a que la presa caiga por su propio cansancio.

En ese marco, el CSU ha instado a algunos docentes a buscar otros espacios para dar clases y/o utilizar la herramienta del Internet para comunicar el contenido de sus cursos. A esa táctica, se une la presión económica del no pago del salario y la incertidumbre, por lo menos de los trabajadores por contrato, si serán empleados de nuevo bajo estas circunstancias.

Un arma que está demostrando su eficacia en la descalificación de EPA y propiciar la animadversión generalizada hacia su movimiento, que por lo planteado, puede desembocar fácilmente en su desalojo violento y como corolario de esa represiva enjundia, a algunos cancelárseles sus matrículas, que es lo que desean las mentes más reaccionarias dentro del gobierno universitario, para sentar un precedente. Luego de la trifulca, la USAC abriría sus puertas y los que una vez pusieron el dedo en la llaga, prontamente olvidados en la dinámica de la vuelta a clases, la preocupación por los trabajos, exámenes, graduaciones, etc. Y, por supuesto, el único consenso a que se había llegado entre las partes, el Congreso de Reforma Universitaria, perdido en el tiempo. Así pues, se tiraría por la ventana el agua sucia de la bañera con todo y el niño.

Los argumentos estudiantiles de que la Universidad de San Carlos se ha convertido en un foco de corrupción y tráfico de influencias desde donde emanan personajes y animosidades maquiavélicas para el servicio de sí mismos y de un sistema político caduco; que la academia ha huido desde hace tiempo de sus aulas y sus institutos de investigación, son totalmente válidos y actuales, pero eso, no tendrá oportunidad de discutirse si los muchachos son echados. A como lo veo, nadie más levantará esa bandera. Ni los grupos que hoy adornan con sus banderas los portones ni los docentes en su mayoría. Los unos agobiados más por sus propias luchas gremiales y los otros más por volver a la “normalidad”.

EPA, es importante visualizar el futuro a tenor del apoyo real y genuino con que se cuenta. Quizá solo el Congreso de Reforma Universitaria sea el único camino consensuado hasta el momento. Y, eso ya es bastante. Incluso, el CSU se pronunció a su favor en un campo pagado del domingo 5 de septiembre del corriente año. Será otra batalla plantear su contenido y los plazos de su discusión y otra más, su nivel de participación. Pero primero, lo primero: sacar el más noble provecho de la ocupación.

Hacer un alto en el camino y medir lo que se ha logrado y lo que no se podrá. Para ello, auxiliarse de académicos que sí sepan a ciencia cierta cuáles son los obstáculos reales y evitar toda clase de romanticismos e influencias de personas que los ven como su boleto para acumular réditos personales y electoreros.

Si líderes de organizaciones populares realmente quieren rescatar el movimiento que inició EPA y convertirlo en un verdadero triunfo del pueblo de Guatemala, deben mediar para la solución pronta del conflicto. No aconsejar el alargamiento del mismo si no se cuenta con estrategias claras y probada certeza de triunfar, pues los únicos que sufrirán las consecuencias del fracaso serán los estudiantes.

Por otro lado, EPA debe recobrar su propia voz y no dejar que otros, que no son líderes ni estudiantes, hablen por ellos. Esa automarginación da un mensaje muy desesperanzador a los que esperamos que ese movimiento llegue a buen puerto.

Ambas partes han entrado en un pulso insondable, no obstante, los estudiantes están en clara desventaja pues el poder mediático, político y económico están a favor del CSU y no todos los que acompañan a EPA, intuyo, lo hacen honestamente. Apuesto a que muchos de ellos tienen su propia agenda secreta.

Por eso, lo fundamental es el diálogo rápido y preciso. Ese es el llamado que se les hace a las mentes más claras, sinceras y honradas que existen en ambas partes, tanto en EPA como en el CSU. El objetivo es que ganemos todos y no que se pierda una oportunidad de oro como la que los estudiantes han promovido para la comunidad sancarlista en mucho tiempo. Los docentes también es necesario que nos pronunciemos por una salida negociada y que la toma de la Universidad pueda fructificar en un cambio positivo para las nuevas generaciones que ya están solicitando su incorporación a la tricentenaria.

LA REBELDÍA ESTUDIANTIL Y LA LUCHA POR LA AUTONOMÍA UNIVERSITARIA

Sergio Tischler

Para entender en actual conflicto en la Universidad de San Carlos de Guatemala es necesario establecer de entrada que el mismo no se reduce a la confrontación de grupos, unos que controlan los órganos de dirección de la institución, y otros que adversan la forma en que se ejerce el poder en la misma.

Para nadie es un secreto, que una de las consecuencias de la política de terrorismo de estado durante los años del conflicto armado fue la de golpear a las fuerzas sociales que durante décadas constituyeron el núcleo de una cultura crítica, heredera de la revolución democrática del 44-54, y que eran el corazón de la autonomía universitaria. La destrucción de ese tejido dio lugar a que se enquistaran en las estructuras del gobierno universitario grupos de poder que, de una u otra manera, han sido anuentes o funcionales a la política estatal, cortando con ello el espíritu crítico de la universidad, sin el cual la autonomía universitaria no pasa de ser una figura formal, detrás de la que se pueden cobijar intereses muy ajenos a la misma, como es el caso, a juzgar por lo acontecido.

Tampoco es un secreto, que dichas autoridades han dado curso a políticas de una muy dudosa modernización educativa, cuyo sentido es el de adecuar la universidad pública a los requerimientos neoliberales. Estas políticas, como en la mayor parte de los países latinoamericanos, han dado como resultado un deterioro de la calidad educativa en la universidad pública, así como el desmantelamiento de la misma como espacio de formación de una colectividad con vocación crítica. Esos dos aspectos pueden ser apreciados como parte de una estrategia de deterioro de la educación pública superior y de fortalecimiento de la educación privada. Pero lo más importante, en relación con la autonomía universitaria, es el hecho de que dicha política está dirigida a debilitar a los actores centrales de la autonomía, como son los estudiantes y los profesores universitarios.

En los hechos, el gobierno de la universidad en la actualidad es una expresión de lo que ocurre en la política nacional: grupos de poder que contralan y disputan espacios como cotos privados en deterioro del bien común. En ese sentido, habría que recordar que la universidad fue reprimida de una manera brutal en los años del terror estatal, entre otras cosas, por el hecho de que su autonomía, con sus contradicciones y límites, constituía una forma de gobierno sin duda superior a cualquier instancia nacional de gobierno desde el derrocamiento de Arbenz. En consecuencia, una forma de gobierno que no podía ser tolerada por la política contrainsurgente. La verdadera crisis de la USAC, la más profunda, viene entonces de lejos, en relación directa con el deterioro de la autonomía en el marco sucesivo de gobiernos contrainsurgentes y gobiernos neoliberales con fachadas democráticas.

La rebelión estudiantil, sin duda es una respuesta a esa crisis. Más allá de los detalles, de las reivindicaciones puntuales que atañen a demandas inmediatas, de las contradicciones y desacuerdos que siempre existen en todo movimiento social, los estudiantes han tomado las instalaciones universitarias para hacer algo que se les ha negado y que es parte de la autonomía: transformar el campus universitario en espacio de discusión crítica. Esto es, en otras palabras, tomar pacíficamente el espacio (una forma de ejercer poder desde abajo) para abrir el espacio. Su objetivo no puede ser el de posicionarse dogmáticamente en las instalaciones universitarias sino conquistar algo que es esencial en el diálogo: la dignidad, o el reconocimiento real de sus derechos en tanto actores de la autonomía universitaria. Este hecho es parte de una lucha que, como tal, presupone acciones de enfrentamiento. En ese sentido, lo que hay que evaluar no es tanto el elemento inmediatamente pragmático de la misma, traducido en acuerdos o rupturas, aunque esto sea importante, sino la orientación de la acción y el campo político que abre al interior de la universidad.

Se puede decir, en esa dirección, que el acto de tomar las instalaciones ya expresa un cambio fundamental en la relación de fuerzas dentro de la universidad. El surgimiento de un grupo de estudiantes que puede iniciar un proceso de lucha como el que se vive habla de un cambio profundo en el estudiantado; cambio que, según las evidencias, parte de una sensibilidad surgida del hartazgo frente al deterioro de la vida universitaria, y que cuenta entre de sus principales atributos la razón que da la lucha por la dignidad de ser estudiante universitario.

Pero no hay que pensar que la dignidad colectiva es una razón ingenua. La dignidad tiene un horizonte de carácter ético-moral; en este caso, el horizonte es el de la autonomía universitaria, un tipo de autonomía que es necesario conquistar, pero que de ninguna manera está garantizada por el movimiento estudiantil. Por esa razón, la autonomía por conquistar es una lucha que nos involucra a todos los que queremos un cambio en la universidad y en el país. Por eso es importante que el movimiento estudiantil no esté solo, hacer esfuerzos para potenciarlo, incluso para que éste no se vaya por el “lado malo”.

La política de los estudiantes tiene ese rasgo, el de la crítica al estado de cosas existente en la universidad. Por el contrario, la élite gobernante de la institución, que, por lo visto, ya no es más un grupo dirigente del conglomerado universitario, tiene un horizonte diferente. Sus expectativas son las de consolidar posiciones de poder que nada tienen que ver con las de la autonomía universitaria, entendida ésta en un sentido fuerte, el cual implica el horizonte y la prácticas críticas a un orden manifiestamente injusto. Más bien, el horizonte es parte del sistema de poder imperante. Por eso, el recurso a la violencia. ¿Cuál es la razón profunda, de naturaleza no instrumental, que pueden esgrimir en un diálogo abierto? Me temo que les alcanza para muy poco.

Los actores políticos institucionales deben de estar muy preocupados por la desobediencia estudiantil, porque la USAC es un espejo donde el resto del país puede verse reflejado. Un país destrozado por las políticas neoliberales, la corrupción, el narcotráfico, y una élite cuya política es la de hacer negocios (“sacarle el jugo”) a toda esa catástrofe, no puede menos que generar tarde o temprano un golpe de dignidad popular, como se está produciendo en las luchas de las comunidades contra los megaproyectos y, en estos momentos, en la Universidad de San Carlos.

Puebla, 17 de septiembre de 2010.

SOBRE LA TOMA DE LA USAC

Mario Sosa, Antropólogo

Es necesario entender el movimiento de EPA, la toma de la USAC. La toma de la USAC no es el conflicto en si mismo. El conflicto tiene sus raíces en la falta de capacidad de las distintas administraciones de la USAC para llevar a cabo un verdadero proceso de Reforma Universitaria. En el segundo lustro de los años ochentas, se intentó un proceso de reforma que fue truncado por la represión del Estado y la falta de voluntad y decisión política de las autoridades universitarias de ese entonces, para que sus resultados fueron llevado a decisión asamblearia y se hicieran efectivos. Posteriormente no ha habido un proceso serio o simplemente no ha sido del interés de los rectores, incluido el actual. Al no darse la Reforma Universitaria, los graves problemas que enfrente nuestra universidad nacional y pública, no han encontrar solución, tal el caso de dotarnos de un gobierno democrático, representativo y eficiente.

Aparte de lo anterior, los Rectores, desde inicios de los noventa –o quizá antes- han tomado decisiones orientadas ha privatizarla y a limitar el derecho a la educación superior con diversas medidas, como el examen de ubicación el cuál se ha convertido en un examen de exclusión.

En relación al movimiento estudiantil reciente, la actual gestión de la USAC (Rector y Consejo Superior Universitario) han implementado una política de subestimación de los estudiantes universitarios que han planteado una serie de demandas y propuestas a través de mesas de dialogo que, como ha sucedido con los gobiernos nacionales, ha sido utilizado para retrasar la solución de los problemas y para mediatizar la movilización estudiantil. El Consejo Superior Universitario en lugar de actuar a partir de los intereses estrictamente universitarios basados en la autonomía, se sometió a intereses extra-universitarios, como los intereses políticos y económicos de quien4es manejan en la actualidad la Corte de Constitucionalidad, con lo cual ahondó su responsabilidad en la problemática.

En este momento resalta la incapacidad del Rector y el Consejo Superior Universitario para encontrar una solución satisfactoria y negociada a la ocupación de la USAC. Contrariamente, se ha dedicado a ocultar y tergiversar la problemática y a criminalizar el movimiento estudiantil, con lo cual ha sido factor responsable de que la toma de la universidad se halla extendido en el tiempo.

El actual Rector y el Consejo Superior Universitario, serán responsables, por su incapacidad de negociar y dar solución basada en la búsqueda para garantizar la Autonomía, así como el carácter público, gratuito, obligatorio, laico y a-partidario de nuestra Universidad. Serán responsables igualmente de que el Semestre se trunque y de la violencia que pueda generarse, ya sea por enfrentamientos entre sectores universitarios o por un desalojo violento de nuestra Universidad.